Por qué IFS está cambiando el paradigma del trauma (y qué dice la ciencia)

Por qué IFS está cambiando el paradigma del trauma (y qué dice la ciencia)

La primera vez que Laura entró a mi consulta, venía con una mochila invisible que llevaba cargando más de 10 años.

Ansiedad que no la dejaba respirar.

Insomnio que la tenía despierta hasta las 4 de la mañana con la mente en bucle.

Y una sensación constante de estar «rota» por dentro.

Laura había probado de todo: terapia cognitiva, mindfulness, medicación para dormir, yoga…

Nada funcionaba a largo plazo.

«Es como si una parte de mí no quisiera estar bien», me dijo en la segunda sesión, con lágrimas en los ojos.

Y tenía razón.

No era que Laura no quisiera sanar… es que una parte de ella estaba aterrorizada de lo que pasaría si lo hacía.

Esa frase cambió todo.

IFS y el paradigma del trauma - Terapia de partes

El problema de ver el síntoma como el enemigo

Durante años, el enfoque tradicional en salud mental ha sido bastante simple:

«Identifica el síntoma. Elimínalo.»

Si tienes ansiedad… aquí tienes técnicas para calmarla.

Si no duermes… toma esto.

Si tienes pensamientos intrusivos… reemplázalos por otros más «racionales».

Y no digo que esos abordajes no tengan su lugar. A veces funcionan. A veces alivian.

Pero…

¿Qué pasa cuando no funciona?

¿Qué pasa cuando la persona hace todo «bien» y el síntoma persiste?

Ahí es donde empieza la frustración. El paciente se siente culpable. El terapeuta se siente impotente.

Y nadie se detiene a preguntar la pregunta clave:

¿Y si el síntoma no es el problema, sino la solución que inconscientemente encontró para sobrevivir?

Lo que la ciencia empieza a decirnos sobre IFS

Aquí es donde IFS (Internal Family Systems) entra en juego.

Y no es solo una teoría bonita. Está empezando a tener respaldo científico sólido.

Estudio en TEPT: resultados que hablan por sí solos

Una investigación reciente con veteranos que sufrían trauma mostró algo impresionante:

12 de 13 participantes dejaron de cumplir criterios de TEPT tras 16 sesiones de IFS.

Esto no es menor.

Estamos hablando de trauma severo, de personas que llevaban años atrapadas… y que encontraron alivio real.

Estudio en dolor crónico y depresión

Otro estudio probó IFS con pacientes de artritis reumatoide.[1]

¿El resultado?

No solo mejoró la depresión… también redujo el dolor físico y mejoró la movilidad.

Una terapia centrada en «hablar con partes internas» cambió síntomas en el cuerpo.

Eso me sigue volando la cabeza.

Lo que dicen los mayores expertos en trauma

Bessel van der Kolk, probablemente el nombre más reconocido en trauma a nivel mundial, escribió en El cuerpo lleva la cuenta:

«IFS ofrece una aproximación sistematizada para trabajar con las partes fragmentadas del trauma. Es un volver a la vida.»

Gabor Maté, experto en adicción y trauma, integra IFS en su trabajo con Indagación Compasiva y lo llama «un modelo profundo y transformador».

Estos no son teóricos de escritorio. Son clínicos con décadas de experiencia en lo más duro del sufrimiento humano.

Y todos dicen lo mismo: IFS funciona donde otros modelos se quedan cortos.

La clave: cambiar el «desde dónde» miramos

Volvamos a Laura.

En lugar de intentar «eliminar» su ansiedad o «arreglar» su insomnio, le hice una pregunta diferente:

«Si pudieras hablar con la parte de ti que te mantiene despierta por las noches… ¿qué crees que te diría?»

Silencio. Cerró los ojos.

Y luego, casi en un susurro:

«Me dice que si me duermo… algo malo va a pasar. Que tengo que estar alerta.»

Ahí estaba.

La ansiedad no era un «error» de su cerebro.

Era una parte protectora que llevaba años vigilando, asegurándose de que Laura no volviera a ser vulnerable como lo fue de niña, cuando su padre llegaba borracho por las noches.

Esa parte había aprendido que «dormir = peligro».

Y aunque Laura ahora era adulta, vivía sola y estaba a salvo… esa parte seguía atrapada en aquella casa de su infancia.

El cambio de mirada

Cuando dejas de ver el síntoma como enemigo y empiezas a verlo como un guardián agotado que lleva años protegiendo al sistema, todo cambia.

El paciente ya no lucha contra sí mismo.

Puede empezar a dialogar. A agradecer. A entender.

Y desde ahí… negociar.

«Gracias por cuidarme todos estos años. Sé que has hecho lo mejor que podías. ¿Estarías dispuesta a confiar en mí y probar algo diferente ahora que soy adulta?»

Esto no es visualización positiva ni un truco mental.

Es acceder al Self (lo que algunos llamamos el Adulto Consciente), ese lugar interno de calma, curiosidad y compasión que todos tenemos cuando nuestras partes protectoras se hacen a un lado.

Cómo funciona esto en consulta (sin complicarlo)

Si estás pensando «vale, suena bien, pero ¿cómo se hace esto en la práctica?», aquí va:

1. Ayudar a identificar la parte

Primero, ayudamos a la persona a notar que el síntoma no es «todo ella».

  • «¿Hay una parte de ti que siente esa ansiedad?»
  • «¿Dónde lo sientes en tu cuerpo?»

Esto ya crea distancia. No es «soy ansiosa», es «hay una parte que siente ansiedad».

Puede parecer sutil, pero es enorme.

2. Acceder al estado de presencia (Self)

Pregunto: «¿Cómo te sientes hacia esa parte?»

Si responde con juicio («La odio», «Quiero que se vaya»), le ayudo a notar que esa es otra parte hablando.

Le pido que esas partes críticas se hagan a un lado por un momento.

Cuando la persona responde con curiosidad, calma o compasión… ya estamos en el Self.

3. Escuchar a la parte protectora

Desde ese lugar de presencia, la persona puede preguntar directamente a la parte:

  • «¿Qué intentas hacer por mí?»
  • «¿De qué me estás protegiendo?»
  • «¿Qué temes que pase si dejas de hacer esto?»

Las respuestas suelen ser reveladoras… y conmovedoras.

4. Llegar al dolor original (cuando la parte confía)

Si la parte protectora confía, puede llevar a la persona al exiliado: esa parte más joven que carga el dolor original.

Ahí es donde ocurre la sanación profunda: la persona adulta puede sostener, abrazar y acompañar a ese niño o niña interior que quedó atrapado en el trauma.

Este proceso es intensamente somático. Hay llanto, temblor, liberación física.

5. Integración y nuevos roles

Una vez que el exiliado suelta la carga…

Las partes protectoras ya no necesitan trabajar tan duro.

Pueden descansar. Pueden encontrar nuevos roles más sanos.

Y la persona recupera partes de sí misma que llevaban años enterradas.

Por qué IFS encaja tan bien con otros modelos

Algo que me encanta de IFS es que no viene a reemplazar lo que ya haces.

Si trabajas con EMDR, puedes usar IFS para negociar con partes bloqueadoras antes de procesar la memoria.

Si usas Brainspotting, puedes pedirle a la persona que «pregunte a la parte» qué necesita mientras sostiene el punto.

Si trabajas con el cuerpo (Somatic Experiencing, enfoque sensoriomotriz), IFS te da un lenguaje claro para entender qué parte está activada en cada momento.

En el Máster en Acompañamiento Integrativo del Trauma y la Conciencia (MIT) que coordinamos, esto es exactamente lo que hacemos: integrar IFS con Indagación Compasiva (Gabor Maté), incluyendo herramientas y enfoques sistémicos e informados en trauma.

Porque el trauma es complejo.

Y necesitamos todas las herramientas posibles… pero con un marco que las organice de forma coherente.

IFS ofrece ese marco.

Volviendo a Laura (y lo que pasó después)

Después de 6 meses de trabajo con IFS, Laura duerme.

No porque le hayamos dado técnicas de higiene del sueño (que ya conocía de memoria).

Sino porque la parte que la mantenía alerta toda la noche… pudo soltar su vigilancia.

Escuchó de la Laura adulta que ahora estaba a salvo. Que ya no había peligro. Que podía descansar.

Y esa parte… confió.

La ansiedad no desapareció de la noche a la mañana. Pero dejó de ser ese monstruo incontrolable.

Hoy Laura sigue trabajando con otras partes. Pero el insomnio que la atormentó durante más de una década… ya no está.

Conclusión: un cambio de paradigma necesario

IFS no es la solución mágica para todo. Hay personas que necesitan medicación, contención, intervención en crisis.

Pero lo que sí ofrece es algo revolucionario:

Una forma de ver a la persona no como alguien «roto» que hay que arreglar, sino como un sistema de partes que está haciendo lo mejor que puede con los recursos que tiene.

Y cuando cambiamos esa mirada desde el acompañamiento…

La persona también cambia su mirada hacia sí misma.

Y ahí… todo empieza a transformarse.

Referencias

[1]: Shadick NA, et al. (2013). A randomized controlled trial of an internal family systems-based psychotherapeutic intervention on outcomes in rheumatoid arthritis. Journal of Rheumatology, 40(11), 1831-41.

Para seguir profundizando

Si quieres aprender a integrar IFS con otros modelos desde una mirada integrativa y basada en la evidencia, el Máster MIT puede ser tu siguiente paso.

No es solo teoría. Es acompañamiento supervisado, casos reales y una comunidad de profesionales que están en la misma búsqueda.

👉 Más info: https://desarrolloconsciente.com/master-trauma/

¿Y tú? ¿Has trabajado ya con IFS en consulta?

Me encantaría saber tu experiencia. Déjame un comentario y seguimos la conversación.

Un abrazo,

Imagen de Saúl Pérez
Saúl Pérez

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